Dentro de unos días Carmen Barbieri presentará en Montevideo Bravísima, la tercera revista que encabezan juntos con la producción de Javier Faroni y que fue galardonada con el premio Estrella de Mar 2011 como la mejor revista del verano marplatense.

En pareja con Santiago Bal desde hace más de 30 años, tiene una larga carrera en la que ha pasado por buenos y malos momentos. Hoy disfruta de estar en la cresta de la ola.

Con la sonrisa y frontalidad que la convirtieron en una de las voces más buscadas por los programas de espectáculos argentinos, Carmen conversó con Qué Vida!

¿Cómo llega Bravísima a Montevideo?

Llega como el año Fantástica, pero más recargada. Cada año que hacemos la revista queremos que el público sienta que crecemos. No quiere decir que Vedettísima ni Fantástica fueron malas, o de menor gasto. Siento que vamos creciendo a nivel talento y a otros niveles. Se le exige mucho al ballet. Estudiaron malambo, danza española, tap, Andrea Ghidone baila tap en un homenaje a Marilyn Monroe maravilloso. Estamos encantados con el elenco que tenemos, los chicos cantan, bailan y actúan. Tenemos a un Matías Alé que demostró que sabe hacer de todo y que cómo actor creció muchísimo, tanto que el propio productor Javier Faroni lo lleva a Carlos Paz para encabezar una comedia, va a ser el protagonista absoluto. Es una esponja, yo le digo Bob Esponja porque absorbió todo lo que se le dio, aunque pataleó. Fue todo para su bien, para que sea lo que es hoy, un profesional que cumple con sus horarios y con su rol. Lo educó Santiago, que es el director y el autor. También en el elenco está Toti Ciliberto que es maravilloso, Emiliano Rella que es joven y gran comediante. Mónica Farro cada vez está mejor, cada vez camina mejor, cada vez baja mejor las escaleras. Se ha convertido en una muy buena vedette. Es mi primera vedette. También esta Belén Francese, Andrea Ghidone, Santiago, yo y un elenco enorme. Somos 46 personas trabajando, 26 en el escenario. Lo hicimos en la gira igual a Mar del Plata. Vinimos con 22 canastos, 44 valijas que hubo que declarar y asegurar por una plata muy grande porque es un vestuario muy caro. Ha costado mucho dinero, el vestuario y la escenografía.

¿En qué momento de tu vida estás?

Yo estoy bien, luchando porque la vida no es fácil. Luchando por sobrevivir en esta profesión que no es fácil. Por suerte estoy en un momento muy bueno, encabezando mi espectáculo, haciendo reír, me divierto y encima me pagan. Agradezco al público que dijo sí. Quizás estoy trabajando mucho, pero tiene sus frutos. Les saco un poco de tiempo a mi marido, mi hijo y a mí mamá, pero ellos entienden, saben que la máquina soy yo. Hay mucha gente que está alrededor de la máquina.

¿Sos capaz de disfrutar del éxito sin olvidarte de los momentos difíciles?

Es parte de mi vida, contar cómo pasaron los malos momentos. Yo estoy viviendo un buen momento económico, laboral y privado. Estoy tranquila. Tengo amigos que me acompañan, gente que me cuida. Solo puedo pedir que esto se mantenga. Mi mamá tiene salud, está conmigo, mi hijo trabaja con nosotros, solo puedo pedir que esto siga así, nada más. Tengo una vida tranquila, una familia, que es lo importante.

¿Qué cosas aprendiste de los grandes de la revista porteña y aplicás hoy?

Aprendí todo, la disciplina, teatral. Es tan difícil que se cumpla. Nuestro equipo de trabajo la va adquiriendo. Algunos la tienen, otros se enojan porque los obligamos a que cumplan con los horarios, con los ensayos, que no falten, que cuiden la ropa y sean buenos con los compañeros, que no cuenten lo que pasa en los camarines, que no graben las conversaciones, pero a veces no se puede. La sed de la fama te lleva a cometer grandes errores. Pero también es la manera de salir adelante.

¿La televisión argentina demanda esa falta de discreción?

La gente que cuenta todo en televisión creo que es porque no tiene quien la escuche en su casa.

La jurado ausente

Desde hace un tiempo Carmen dejó de ser parte de Bailando por un sueño. En un principio se alejó por unos días debido a un viaje al exterior y su lugar fue ocupado por Marcelo Polino. Una vez que regresó a Argentina, Carmen no fue convocada nuevamente para ocupar su lugar en el jurado.

¿Extrañás participar en Bailando por un sueño?

No, no los extraño, ni ellos a mí. Por suerte yo no me apegué a nadie. Estoy esperando que me llame Tinelli porque yo tengo contrato hasta octubre. El no me llamó y todo lo están manejando sus productores con mi manager, Mariano Bal.

¿Cuál es tu próximo proyecto?

Se viene Barbierísima para el verano. Los chicos ya están estudiando baile ruso, porque habrá un cuadro de cosacos. Ya hay un cuadro de tango montado con Ayelén Paleo, una experta en tango de nuestro elenco. Debutamos el 1 de diciembre en Mar del Plata.

¿Te gustaría volver a trabajar en televisión?

Me encantaría. Me gustaría hacer un programa de entrevistas. Magazines hay muchos y los hacen muy bien. Quisiera un programa de entrevistas una vez por semana. Tengo que agradecer siempre a los que me convocaron para Movete. Fue un salto en mi carrera, gané un Martín Fierro, estuve varias veces nominada. Anamá Ferreira me recomendó para sustituir a Georgina Barbarrosa de un día para el otro. Ese programa de entrevistas es una de las cosas que no hice y lo otro, que me gustaría hacer es encabezar una comedia musical grande, como de Broadway.

¿Cómo se están portando las vedettes uruguayas?

Maravillosas. Mónica Farro es mi primera vedette y es muy profesional. Cada día se la ve más mona y baila mejor. Ni que hablar de Andrea Ghidone que es una gran bailarina y una muy buena actriz. La van a ver haciendo un monólogo y está espectacular, es excelente. Yo pedí que muchas de las que están sigan, aunque Faroni quiere cambiar a todas, pero le pido por favor que Andrea siga un año más, que sería el cuarto con nosotros. Estamos también en tratativas con Eunice Castro y Claudia Fernández. Ustedes los uruguayos son todos muy talentosos, todos tienen oído musical. Son grandes artistas.

¿Te trata bien la gente en Uruguay?

Sí, acá siempre. El público de Buenos Aires es el más frío, el que menos tiempo tiene. Pero en el interior de Argentina y en Uruguay, la respuesta de la gente es maravillosa.