Desde el viernes 15 al domingo 17, habrá verdadera revista porteña en Montevideo. Por tres funciones, Carmen Barbieri y su elenco se presentan en el Teatro Metro con "Bravísima", una gran producción que fue consagrada este verano como la mejor revista de Mar del Plata.

Son 26 artistas en escena, y un total de 46 personas, entre técnicos, tramoyistas, vestuaristas, iluminadores y maquinistas. "Bravísima" se presenta en El Teatro Metro, para ofrecer una revista clásica, a la que se suma la tecnología de hoy. Luego de haber recibido en Mar del Plata el premio Estrella de Mar a la mejor revista, el espectáculo está haciendo una gran gira, que comprenderá también Chile y Paraguay. Con un elenco integrado, entre otras figuras, por Belén Francese, Matías Alé, Mónica Farro, Toti Ciliberto, Emiliano Rella, Andrea Ghidone y Andrea Estévez, el show sube a escena el viernes 15 y sábado 16 a las 20 horas, despidiéndose el domingo 17 a las 19 horas. El texto y dirección es de Santiago Bal, y los precios de las entradas (en Red UTS) van desde $ 640 a $ 1240.

Carlos Reyes

- ¿Se puede decir que "Bravísima" es una revista clásica?

- Sí, una revista clásica, donde se apunta a emocionar, divertir y reír. Hay mujeres hermosas, muchos cuadros musicales, muchos sketches, muchos pasos de comedia, y hay un grotesco, donde de tan triste que es la historia uno termina riéndose. Creo que los maestros italianos saben hacer muy bien el grotesco. Y venimos con la ropa tal cual de Buenos Aires, la misma escenografía y los mismos efectos especiales. Además somos un equipo muy sólido, que hace varios años venimos trabajando juntos.

- ¿Y a nivel de erotismo?

espectáculo para toda la familia. Lo puede ver la abuela, puede venir el niño, que no pasa nada.

- ¿Santiago le escribe para usted?

- No, no me escribe para mí, él escribe la revista. Cuando se entera que una artista va a venir, escribe para Farro, para Estévez, para Ghidone. Y para cada cómico: se le ha dado a Matías Alé el lucimiento que se merece, baila, tiene monólogos, tiene sketches. Obviamente que escribe también para mí, pero como para una más. Yo en este show salgo ocho veces al escenario, y hago un recuerdo a todos los artistas populares de la revista, hombres y mujeres, que ya no están. Hago un monólogo en la presentación, un sketch con Santiago, otro con todo el elenco (donde hago de Cleopatra), un cuadro musical que somos los payasos, con Matías Alé. Es decir, Santiago escribe para mí pero no es para mí que hizo la obra. Yo soy cabeza de compañía, porque mi nombre es el que tiene más peso, pero cada artista tiene su lugar, y las bailarinas y bailarines tienen el don de saber cantar y actuar. Entonces, todo fluye.

- ¿Cuál cree que es la clave de la comicidad?

- Yo creo que es más fácil hacer llorar que reír, porque te cuento una historia triste, te cuento que mi papá se murió, y te puedo emocionar hasta las lágrimas. Pero la risa, surge del grotesco, del humor negro, de reírse de uno mismo, de una caída. Es difícil hacer reír. Tiene que haber un buen autor y un buen intérprete, que le dé forma a lo que escribió el autor, pero que también sepa improvisar. Es algo natural, no es fácil explicar cómo se hace un cómico: se nace.

- ¿Hoy la revista es menos política que antes?

- Bueno, no hablamos casi de política, aunque Andrea Ghidone hace un monólogo hablando de algunos presidentes, pero desfigurando el nombre para que nadie se sienta mal. Pero sí, no hay un monólogo político de peso, no hablamos de Cristina ni imitamos a Kirchner. Desde que debuté yo como cabeza (en Vedettísima, Fantástica y ahora con Bravísima), nunca tocamos eso.

- ¿Se sintió apartada por Marcelo Tinelli del "Bailando..."?

- No, yo estoy esperando que me vuelva a llamar, ni renuncié ni me echaron. Cuando Marcelo quiera, volveré al programa. Mi relación con Marcelo siempre fue buena.

- ¿Es difícil ser jurado del "Bailando..."?

- No sé si es bravo, uno tiene que estar en su postura y juega el juego de la mejor manera que sabe jugarlo. Uno entra en la polémica cuando quiere y cuando no quiere no. Nadie te puede obligar a hacer nada, y no hay un libreto ahí.

- ¿Y evaluar a cada bailarín?

- No, porque yo fui bailarina desde que nací, y he estudiado. Quizá es difícil conformar a los participantes, y que entiendan cuando uno les pone baja nota, o cuando uno le regala a alguien un punto, por ejemplo, cuando en una pareja, uno es bailarín y el otro no. Ahí el sacrificio es mayor.

- ¿Ha pasado momentos muy incómodos como jurado?

- Sí, varias veces, en el transcurso de siete años, pero por suerte no ha llegado a afectar mi salud. Soy una mujer sana, aunque he tenido durante mucho tiempo pánico, pero por suerte he podido salir de eso. Pero afectar mi vida, no: yo tengo una vida muy sólida, tengo amigos, gente que me quiere, tengo hecha una vida piola.

- ¿Cómo se sale del pánico?

- Con ayuda de un gran siquiatra, "siquiatra" digo, porque es él quien te puede medicar. Y la familia tiene que colaborar. El entorno es muy importante, y tiene que entender que estás enfermo, que no es un problema del espíritu sino químico. Hay que apuntalar al enfermo con fármacos, y hay que cuidar el corazón del enfermo de pánico, porque el miedo provoca palpitaciones, te paraliza, y empezás a transpirar. Esos son los síntomas: yo los tenía, pero no me daba cuenta que era pánico, hasta que un día hice una crisis. No puede cruzar la calle: me tuvieron que acompañar.

- ¿Cómo es su relación con Uruguay?

- Bueno, muy especial, porque mi papá, Alfredo Barbieri, trabajó muchos años en Uruguay, tuvo un programa de televisión de seis horas en vivo, conduciendo, haciendo fonomímica con Pepele, con artistas internacionales y locales. Yo pasaba recién por Pocitos, por Carrasco, y recuerdo todo: mi infancia, de vivir acá, y de venir muchas veces. Es que mi viejo era tan amigo de la gente de acá de Montevideo. Quizá algunos ya fallecieron, porque mi papá tendría hoy 84 años, pero debe quedar alguna familia de esas que él amaba. Para mí Uruguay es mi segundo hogar. Me acuerdo del pancho de La Pasiva, de la uvita, de tantas cosas lindas vividas aquí.

"Soy expeditiva y rápida, y no soy de comprar la ropa por la marca"

Elegante pero práctica. Así se define a sí misma Carmen Barbieri, quien asegura que no gasta mucho dinero en ropa. "Soy muy expeditiva, rápida. Yo no me hago masajes, no me depilo porque no tengo vello en ninguna parte del cuerpo, por suerte, y voy a la peluquería muy de vez en cuando: me atiende Miguel Romano. Me hago las manos una vez por mes".

Sin embargo, reconoce que gasta mucho dinero. "Soy una compradora compulsiva. Gasto mucho en perfumes, y en zapatos y botas, tengo muchísimas. Tengo bastante ropa, pero no la cantidad que tengo de zapatos y carteras. Me encantan las carteras", agrega la popular intérprete argentina, quien deja caer un consejo para quienes gustan de vestir bien.

"Yo aconsejo comprar en todos lados: uno tiene que comprar la ropa que a uno le gusta, y que le queda bien. Yo no soy de comprar por las marcas. Eso de "un vestido de Versace, que me costó 30 mil dólares", no es para mí. Para gastar esa plata, prefiero donarla a un hospital. No donarla, porque la plata no la doy. Comprar lo que necesite un hospital".